
Querido heredero:
Ya estamos en el final del segundo trimestre de tu gestación. Gracias a que no paras de comer todo lo que te voy suministrando en este contrabando de comida que nos traemos, la tripa de tu santa madre ( la aquí firmante) cada día está más grande. Si a esto le añadimos que dicho aumento de tripa produce en la gente una especie de impulso a la peregrinación al verme, mi persona se ha convertido en un pequeño Buda a la que la gente toca en busca de fuente de cumplimiento de los deseos. Y a ver, tampoco vayas a pensar que soy una rancia que no quiero compartirte con nadie ( de eso ya hablaremos cuando cumplas los dieciocho y alguna lagarta pretenda acercarse), ¡ni mucho menos! yo estoy orgullosísima de tí y en consecuencia,de mi panza, pero la gente a veces es muy cansina y sin previo aviso e incluso a veces sin ni tan siquiera previa presentación planta ambas manos en tu persona y empieza a frotar como esperando que algo salga de ahí antes de tiempo. Tú, ni caso. Cada cosa a su tiempo.
Por lo demás, todo sigue perfectamente. Mi lucha ante la ropa premamá sigue vigente y aunque a veces ello me suponga un tiempo enorme perdido ante el armario cada mañana, he de decirte que sigues teniendo una madre la mar de estilosa de la que te sentirás orgulloso nada más ver tras las horas que nos pueda esperar antes de tu llegada ( no sé cómo será ese día, pero tampoco seas demasiado exigente, ya sabes que yo no soy mucho de sudar pero no prometo estar con mi mejor cara ante tal situación. Soy de fácil enfado y no te extrañe que me mosquees un poco si no sales pronto, pero no te preocupes, también te digo que se me pasan prontísimo).
Con tu padre ese día no cuentes demasiado, también te digo. Hace unos días le dije que existía la posibilidad de que cortara tu cordón al nacer y creo que aún le dura el blancazo que le entró sólo de asociar tijeras-sangre-niño, así que si al llegar te encuentras un tipo guapo pero inconsciente en la sala del paritorio, no hace falta que sigas buscando: es él. Dale su tiempo.
¡ Ah, se me olvidaba!.Como cada mes, hace unos días fuimos a la ginecóloga a seguir con las presentaciones oportunas. Había decidido no decírtelo tan pronto, pero ya sabrás que tampoco soy mucho de mantenerme callada, así que he de confesarte que en esta última ecografía, en el momento en que la gine nos enseñó tu carita en 4D ambos progenitores pensamos lo mismo:
-hijo, eres un poco feo-.
A ver...no te me revoluciones que a nosotros nos dió igual! tu padre dejó muy claro que no permitirá que nadie se meta con tu persona y yo me he propuesto firmemente potenciar otras cualidades que seguros heredarás de tus padres ( todas no podías tenerlas, qué le vamos a hacer). Aún así, que sepas que te queremos igual, al fin y al cabo serás NUESTRO FEO y eso es lo más importante de todo.
A quien le diste un buen disgusto fue a la Farruca, tu abuela. En esa ecografía ya se te veía bastante bien parte de tu cuero cabelludo y tenías una cresta repreciosa. A mí me hizo muchísima gracia, porque guapo guapo no serás, pero estiloso estabas un rato. Tu abuela no pensó igual. ¿Qué haremos con este niño si ya nos nace con cresta? dijo.
Bah! tampoco le hagas mucho caso, han pasado diez año de mi tatuaje y aún lo saca en las comidas familiares, lo de tu cresta poco a poco lo irá superando ( eso sí, desde ya te voy diciendo que nada de piercing, te aviso).
Y esto es todo, querido hijo mio. No hay nada nuevo que no te diga cada día. Sigue portándote tan bien como hasta ahora y en menos de tres meses nos vemos por estos lares. Ya verás la de gente que te espera ( y ya te quiere). Un lujo.
P.D: Debes mejorar con tu temperamento. Vale, que te encantan tus clases de natación, pero no puedes liarte a patadas cuando notas que salgo de la piscina. Cuando nazcas ya iremos más a menudo, mientras tanto, no me seas tan exigente, ¿entendido?.